Simplemente aburrida de mí.

Me aburrí de ver los mismos ojos inquisidores de frente cuando me miro al espejo. Aburrida de mis manos chicas y el pelo indefinido en sus formas.

Asqueada de mis pensamientos abstractos y mis silencios incómodos. O todo lo contrario, de mis palabras atragantadas que se atropellan unas contra otras para salir. No soporto más el insomnio por las noches y mis bostezos de día. Mi forma de teclear o mi caminar lento y desganado.

Aburrida de mí.


De mis chistes fomes que hacen reír a la gente o mis fumadas eternas de aquel cigarrillo arrugado. De mi infantilismo al sacarle la lengua a la niñita de la otra micro (quien me acusa y su mamá me saca el dedo) o mi déficit atencional cuando estoy frente a un PC.

Aburrida de mis cicatrices en las rodillas, párpado, pera y en mi corazón. De mi forma de dormir o, peor aun, de mi forma de despertar. De mis ropas, mis cuadernos y mis fotos.

Quisiera alguna vez alejarme de mi. Sólo un rato verme desde afuera quizás. O irme a otro lado y ver otras cosas. No quiero oír, oler ni probar nada de esto. Quiero algo más, lejos de mí. Pero cerca de los que quiero ¿será mucho pedir?

Y es que me harté.

Así como estoy no me quiero. No es que ande con depresión o que me vaya a llegar la regla. Si fuera depresión cada momento triste, nostálgico o introspectivo de las personas, estaríamos bien cagados con el diagnostico equivocado.

¿ A veces no se aburren de ustedes? Yo sí, creo que quedó claro.

Quizás mañana lea esto y me ría. Por el grado “emo” vertido en estas líneas. Pero en el fondo a veces me pasa que me asqueo de quien soy (tampoco soy una mala persona o una mierda de ser humano) y luego, bueno, me reinvento.

Volví a leer de nuevo esto. Creo que soy bastante egocéntrica.